sábado, 23 de enero de 2010

Spinning. Una mirada.

El spinning o ciclismo indoor es la clase de ciclismo grupal que está revolucionando el modo de maximizar el tiempo invertido en una sesión aeróbica de entrenamiento.


Se realiza en un lugar cerrado y generalmente el grupo es conducido por un instructor certificado. Es un entrenamiento de No Contacto (sí, Briks!) en el que puede participar gente de todas las edades y aptitudes físicas, siendo muy importante el uso de un monitor cardíaco para poder controlar sistemáticamente el trabajo "en zona". Esto nos permite controlar el ritmo y la cadencia del pedaleo así como sus consecuencias sobre la carga que debemos ir alternando en la bici según se trata de un fondo o una colina.
También es interesante para la gente tímida, que no le gusta competir, poder entrenar en base a sus propias posibilidades y según sus objetivos. Es un serio quemador de calorías: Alrededor de 500 en 40 minutos. Tiene efectos desintoxicantes para el organismo, libera endorfinas y despeja la mente.



Existe una relación directa entre velocidad, intensidad y consumo. Es muy importante el uso del monitor cardíaco tipo Polar. Se trata de un reloj convencional y una cinta que se coloca ajustada al pecho sobre la piel, debajo de la remera. Existen de varias marcas, pero el Polar es el preferido por los entendidos y por mí. La calidad de la cinta adherida al cuerpo es mejor y no hay interferencias con el reloj.



Se puede pedalear en un terreno plano sentados o parados sobre la bici, saltando alternando la postura entre parados y sentados y en un terreno inclinado sentados o parados escalando o descendiendo. Todo va a depender de la carga, la velocidad y la cadencia de pedaleo. Y las consecuencias también. Porque esta clase de ciclismo puede transformarse en un entrenamiento de fuerza muscular.
Un detalle: Piensen que una bici de spinning cuesta entre 1000  y 1500 dólares. No es cualquier bicicleta fija. Se puede practicar en gimnasios que incluyen la actividad en la cuota mensual o contratarlo en forma directa en centros especializados

Si queremos entrenar a conciencia, debemos estar focalizados y concentrados. Les aseguro que en un par de semanas nuestro cuerpo tiene otra respuesta para la vida diaria. Al regresar de las vacaciones, puede ser el momento ideal para tomar la decisión de intentar una vida más sana. Y no se olviden de comer huevos!

lunes, 18 de enero de 2010

El huevo, un homenaje.

Fiel amigo y servidor el silencioso huevo, nunca todo lo reconocido que se merece, marca un hito en nuestras vidas. O al menos debería. He aquí mi homenaje sincero  a mi amado huevo. (Decile NO al chiste fácil!).




Es un alimento que ha acompañado a la humanidad desde sus inicios y que sirve tanto para las comidas con sal como con azúcar. Se puede conservar por varios meses y hasta años.

Los huevos de las aves son como el pan, no cansan, ni aburren. Se pueden preparar en miles de formas gracias a sus propiedades aglutinante y son muy nutritivos. Los más consumidos son los de gallina, aunque  los huevos de codorniz y los de pato tienen gran aceptación en muchos países.

El rey de los huevos es el de avestruz por su tamaño, que puede llegar hasta 1,300 grs. Nunca lo probé pero la idea no me desagrada.
Los huevos de pescado y hasta de mosquito tienen tambien sus preferencias y exquisiteces. El caviar se hace con los huevos del pescado esturión. Los de mosquito me resulta una idea retorcida que terminen en un estómago humano pero algunas culturas no lo consideran así. Es la diversidad. ¿Me explico?



Para saber si un huevo está fresco se lo pone en agua con sal. Si flota, al tacho de residuos sin dudas, si alcanzan el fondo o se sumerjen, se encuentran en buen estado.
Generalmente los huevos frescos tienen la cáscara áspera y los viejos lisa y hasta brillante.

Para saber si el huevo está duro o cocido hazlo girar. Si gira armónicamente sobre su eje, es duro, si se bambolea esta crudo.
Si tienes un huevo roto y deseas hervirlo sin que se salga la clara, ponle vinagre al agua y no tendrás problemas.
Para consumirlos se acostumbra hervirlos por unos 6 minutos aproximadamente y son deliciosos, sin ninguna duda (esta es una de mis certezas).

También se pueden comer fritos, por supuesto no debe agregársele sal y tener cuidado con el enemigo público número uno: El colesterol. Porque la fritura lo transforma en el enemigo.

Los huevos a razón de 10 huevos por semana no deberían ser ningún problema para el colesterol, aun comiéndolos completos. No debes deshacerte de la yema como hacen muchas personas.

Si bien es cierto la yema contiene colesterol, igualmente contiene lecitina y fosfatildicolina que eliminan el colesterol.

Además la yema de los huevos es uno de los alimentos que poseen vitamina D naturalmente. Es de las mejores proteínas luego de la leche materna. Contiene más de una docena de vitaminas y minerales, la mayor parte en la yema.
La clara del huevo está formada de 90% de agua. El resto es proteína de buena calidad. Por ello se aconseja a los fisiculturistas su consumo.
La cáscara está formada por carbonato de calcio y para su aprovechamiento se debe moler muy finamente o diluirlo con vinagre o licor.



En China se dice que se puede vivir con arroz integral, huevos, verduras y sillaú (salsa de soya) porque contienen todos los elementos de la vida.
Ya sé, pero ellos son chinos y nosotros no... Aún así deberíamos aprender a distinguir las buenas costumbres de todos las culturas.
Bien, ya ven: No soy una experta cocinera pero me las rebusco.  (!) (!) (!)

ACTUALIZACIÓN: Mi amiga bloguera Marina, del blog Cruzando las grandes aguas me dejó en un comentario este maravilloso video alegórico. Qué lo disfruten tanto como yo. Desopilante!

martes, 12 de enero de 2010

Es corrupción y punto.

La corrupción es una maldita enfermedad enquistada en la sociedad argentina (y en otras seguramente pero vivo en Argentina) que no admite eufemismo alguno. No hay corrupciones menos malas y mucho menos las hay un poquito buenas (como la recordada inflación buena de Alfonsín...).
Es un veneno amargo que nos deja indefensos, anula toda posibilidad de justicia y nos embrutece como sociedad. Y daña hasta el hartazgo a los jóvenes que maduran en un ambiente de sálvese quien pueda.
Se afirma y se expande en base a la impunidad haciéndose parte de la familia.




Vivimos en el país de las exageraciones y cuando algunos dicen con alegría: "Roban pero hacen", nos condenan a todos a convivir en la mugre que se crea desde la corrupción y se nutre en la impunidad.
Nos están aniquilando la confianza, la fé en las instituciones y la esperanza de construir un país en base a la honestidad. ¿O es qué ser honesto es de imbéciles?
Pero a la luz de los acontecimientos, parece que las sociedades necesitan experimentar en carne propia sus decisiones, hasta las últimas consecuencias, para poder sacar conclusiones históricas.
Pues bien, estamos ante los más prolongados gobiernos peronistas de la historia, y es posible que la sociedad argentina esté empezando a preguntarse también que puede esperar del peronismo.
Entiendo y hasta justifico a quienes, agobiados por el hambre y la marginación, puedan votar y apoyar a sus captores, pero jamás podré justificar a esa porción de la clase media (sin la cual el peronismo NO ganaría elecciones) que, con ínfulas de intelectuales, votan por esta gente.
Estoy cada vez más convencida  que hasta que no logremos sacudirnos de encima el comportamiento político-social peronista  no saldremos de esta tragicomedia argentina. Me niego a creer que una fuerza política  que logra su poderío electoral manteniendo la esclavitud de amplios sectores sumergidos de la sociedad a sus punteros, en base a explotar sus carencias educativas y de subsistencia, pueda ser REVOLUCIONARIA y menos aún PROGRESISTA.
Y aquí hay un problema cultural grave  porque consentir cualquier acto de corrupción trae consecuencias a largo plazo.
Sí, sacar el pasaporte sin hacer la fila y el registro de conducir a domicilio también.

Se me hace muy difícil influir en un cliente para que pague sus impuestos. Porque demasiadas veces mi cliente y el entorno me hacen sentir una imbécil. Quizá sea mi culpa pretender no andar al ritmo de la música que suena.

sábado, 2 de enero de 2010

El cerebro es supersticioso por naturaleza.

En muchos aspectos me parece que los esfuerzos por combatir las creencias "irracionales" son finalmente fútiles.



En estos días, un amigo que suele "hacerme cuentos", me relató como en un congreso de psiquiatría invitó a los presentes a probarse una campera gris a cambio de veinte dólares. Después de que no pocos voluntarios levantasen la mano, él les dijo entonces que la campera había pertenecido  a un asesino múltiple. Al oír esto, la mayoría de los voluntarios bajaron sus manos. En realidad,  no era cierta esa supuesta propiedad pero su experimento demostró que la creencia de que lo era, hizo incluso a personas que se consideran racionales, sentirse incómodas.

"Es como si la maldad, una postura moral definida por la cultura, se hubiera vuelto físicamente presente dentro de la ropa", concluía mi amigo.


Escrúpulos similares y creencias comparables, que poseen hasta los científicos más escépticos, explican, por ejemplo, por qué pocas personas estarían dispuestas a cambiar sus anillos de compromiso por réplicas idénticas. La diferencia entre conceder importancia sentimental a los objetos y creer en la religión, la magia o lo paranormal, es sólo una diferencia de grado.



 La mente humana está adaptada para razonar intuitivamente, de modo que pueda generar teorías sobre cómo funciona el mundo, incluso cuando no pueden verse los mecanismos ni deducirse con facilidad.



Debido a que los humanos operamos intuitivamente, no tiene sentido instar a las personas a abandonar sus sistemas de creencias, porque ese componente irracional opera a un nivel tan fundamental, que ninguna cantidad de evidencias racionales puede erradicarlo, de igual modo que no podemos erradicar un instinto sólo porque sea lógico hacerlo.


Y habiendo exprimido mi cerebro de semejante modo concluyo que no tengo cura y dormir seguirá siendo un destino a alcanzar.