lunes, 28 de septiembre de 2009

Somos limitados

Somos seres limitados. Lo somos en el tiempo, ya que nacemos con la certeza de no ser inmortales. Tenemos una enorme variedad de límites: Físicos, históricos, geográficos, económicos, biológicos y varios etcéteras. Y justamente, el hecho de estar condicionados, tiene una importancia superlativa.
El límite, como el conflicto, es parte inherente de la vida. El frío y el calor, la tierra y el cielo, el agua y el fuego y así hasta el infinito.
Quizá sea la misma muerte lo que nos permite valorar la vida y, al valorarla, intentar darle un sentido, trascendencia y fecundidad.
Los límites enseñan y creo que es una confusión pensar que coartan la libertad. Porque la libertad no consiste en hacer lo que uno quiere sin tener obstáculos y sin rendir cuentas de nada. Accedemos al verdadero conocimiento y ejercicio de la libertad gracias al conocimiento del límite.
Es que la libertad nace en nuestra capacidad de elegir cuando no puedo tenerlo todo. Quién nunca tiene que elegir porque jamás confronta un límite, el día en que se topa con una demarcación o un condicionamiento, carece de recursos y se desestructura.
Un chico no es un adulto. Cuando abandonamos , como padres, nuestra responsabilidad de fijar límites orientadores, desaparecemos como adultos, o nos aniñamos, y los dejamos librados al azar.
Los padres que no ponen límites son tiranizados por los hijos.
Poner límites es como podar una planta. No se la mutila, sino que se recorta aquello que la debilita y se la ayuda a crecer con más fuerza y en la dirección que sus ramas necesitan.
Hay quienes temen que al poner límites se los considere autoritarios. Hay límites orientadores que no son los que acaban con la imposición sino que se acompañan de presencia.
Los límites son una valiosa herramienta y también una expresión de amor y responsabilidad.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Marketing de la Manipulación.

La razón sin la sin razón, nos hace sentir incompletos todo el tiempo. Por ello, cuando la razón se empecina en demostrarme que algo determinado es un engaño...
Esta publicidad gráfica me tuvo pensando durante semanas, no recuerdo cuanto tiempo tiene, pero hizo que me revolviera en mi canasto.


Siento un profundo desprecio por este mensaje destinado a un nicho de mercado altamente vulnerable:

Hacer Nada No Es Nada Fácil.
Ya Pensar en Nada es Imposible.. Porque si pensás en Nada, No estás Pensando en Nada sino en Algo.

Aunque ese Algo no sea Nada, es Algo.
Y Algo no es Nada.

Qué te avisa si estás haciendo Nada?NADA.

No tenés que querer  Nada ni esperar Nada.

Nada por acá, Nada por allá y de pronto, La Nada Misma.


ENTONCES ALGUIEN TE PREGUNTA


No estás haciendo Nada?

Demostrale con orgullo que Nada es Mucho y que por lo tanto Mucho es Nada.

Y que si él hizo Mucho y vos Nada, los dos hicieron lo mismo: NADA.

Y BUENO… NADA.


                                               John Foos
                                               Las unicas zapatillas hechas para no hacer nada.


Ahora, con todo respeto:  John Foos, y bueno, nada. Ahora  nada de vendernos nada!

lunes, 14 de septiembre de 2009

Crítica de la alegría.

Es imposible prefabricar la alegría o producirla a voluntad. No es posible decretarla (sigo sin llevarme bien con la ley de la atracción...ver post anterior El Secreto).
La alegría es una expresión de una vida plena. No puedo ansiar la alegría por sí misma, pero sí puedo intentar vivir mi vida con todos los sentidos. Entonces tomaré contacto con la alegría que hace tiempo se encuentra en mí . Suele ocurrir con la alegría lo mismo que con la libertad, con la felicidad o con el sentido. Se los busca afuera, se los pretende ya hechos, en esta era del delivery...
El despertar de la alegría, una facultad que está en nosotros, es siempre la consecuencia de un modo de vivir. Nadie es alegre. No lo seremos porque tengamos la sonrisa a flor de labios, porque al levantarnos juremos que hoy le pondremos al mal tiempo buena cara o porque, simplemente, nos definamos como personas alegres.  La alegría no nace de la voluntad ni de una declaración, sino que proviene de nuestro modo de estar en el mundo.
Al proponernos la alegría como un fin y salimos a buscarla en alguna góndola, generalmente nos encontramos con parientes pobres: El placer y la diversión.  Ambos tienen algo en común: no requieren esfuerzo, ni paciencia, ni un proceso. Son instantáneos. Se puede pagar por obtenerlos.  La alegría, en cambio, sobreviene a lo vivido a lo experimentado, incluso a lo padecido. No nos "atrae" como un anzuelo.
Hoy se cree que todo debe ser "divertido". Esa palabra se ha instalado en las expresiones cotidianas como un totem. Decimos "¡Qué divertido!" como si con eso elimináramos la posibilidad del sufrimiento, de la decepción, de la frustración, del dolor o del aburrimiento, que, después de todo, son estaciones inevitables.
Ni la vida ni el mundo son Disney con Mickey en cada esquina. No se trata de eludir el placer o el esparcimiento. Pero usados como método para no pensar, no sentir, no hacerse preguntas, nos provocan angustia.
Creo que al darle sentido a nuestra vida, la alegría brotará frondosa y perdurable. En eso estamos Ella y todos nosotros.

jueves, 10 de septiembre de 2009

¿Nos reímos un poco?





Qué disfruten a Juana y sus Hermanas. Yo muero a carcajadas con la galería de personajes inolvidables. Nada mejor que el humor para alejar la mala onda!

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Rumiando las razones


En estos días me encuentro a cada paso teniendo que elegir blanco o negro.
La elección se vé limitada a  "estás conmigo o sos mi enemigo". Todo es a cara o cruz. Nada de someter a debate, nada de conversar el asunto.
O estás IN o estás OUT. Pertenecer o no pertenecer.
Lo único que siento que define el estar  IN  es la  IN-TOLERANCIA.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Disparates y ficciones de una ciencia en el poder. Parte I.

Estudiar economía es aprender a no dejarse inducir a error por los economistas.
En doscientos años la economía está en vías de realizar lo que los filósofos necesitaron dos mil años para idear: crear el mundo a su imagen e imposibilitar cualquier otra visión de él.
La economía es una ideología, que por su propia naturaleza, niega todas las ideologías e impone a todas las personas las formas de trabajar, vivir y también de sentir vergüenza. La economía teórica desvinculada de la política no existe. Piensen entonces lo dífícil que habrá sido impartir esta materia en épocas donde no se podía hablar de política.
La historia reciente nos permite afirmar que un economista es un especialista cuya principal función consiste en equivocarse. Equivocarse primero y engañarnos después. Y cuanto más se equivoca más necesidad tenemos de sus ilustradas opiniones.
El imperativo fundametal del economista es la predicción, considerando con desprecio los desvaríos del pasado. El instrumento básico de predicción es el modelo, que más que una bola de cristal se parece a una central atómica. Un modelo es una simulación gráfica simplificada de una realidad. Contiene siempre un conjunto de elementos y un conjunto de leyes que rigen las relaciones entre esos elementos. Valiéndose de las potencialmente ilimitadas fuerzas de las matemáticas, en promedio, los economistas  se equivocan menos que los adivinos...
Para poder entender la dinámica de la economía tenemos que avanzar poco a poco hacia sus pilares.
La competencia en la gran fuerza. Es la principal del mundo económico. Es la fuerza implosiva, expansiva, reguladora y coordinadora por excelencia y  fuera de ella sólo hay caos...
El templo de la economía capitalista es el mercado de valores. Es dentro de este templo donde el dinero se transforma en más dinero, es el lugar donde las utopías se cumplen: "Tomo mis deseos por realidades porque creo en la realidad de mis deseos".
A no confundir: Hay dos clases de mercados de valores, una Bolsa buena y una Bolsa mala. La primera es el lugar donde personas sensatas le entregan su dinero a empresas para que éstas lo transformen en riqueza adicional, una renta sensata si son obligaciones y una renta medianamente sensata si son acciones.  La otra, la mala, es el lugar de la especulación: Todo se compra y se vende con un único propósito siendo éste, ganar el máximo dinero posible en el más corto plazo. En estos lugares la estupidez y el éxito se codean, se dinamizan y refuerzan mutuamente. La genialidad de algunos es el producto de la imbecilidad de otros.
Esta aberración convertida en mercado es el símbolo por excelencia del estado actual de la economía real que debemos padecer.
Y paremos aquí, suficiente por hoy.  No desesperen, de estas entregas habrá episodios no sucesivos.
Con la gracia de San Dinero, iremos poco a poco comprendiendo porque no debemos poner nuestras vidas en manos de los economistas.
Para poder entendernos, por favor, comenten, pregunten, planteen dudas, puntos de vista. Es el modo en que intentaré poner en evidencia las razones por las que la ciencia económica ha quedado desvirtuada, quedando transformada en una moda sujeta a debate.