El verano.

Cierto dia de verano estaba en la playa observando dos chicos jugando, trabajando duro contruían  un castillo de arena con torres, pasadizos ocultos y puentes, cuando estaban terminando vino una ola destruyéndolo todo, reduciendo el castillo a un montón de arena y espuma.
Pensé que después de tanto esfuerzo comenzarían a llorar, pero en vez de eso, corrieron por la playa riendo y jugando y comenzaron a construir otro castillo.

Comprendi que habia aprendido una gran lección:
Gastamos mucho tiempo de nuestra vida construyendo alguna cosa, pero cuando más tarde llega una ola a
destruirlo todo, sólo permanece el afecto sincero compartido, el amor, las relaciones que supimos construir y las manos de aquellos que son capaces de hacernos sonreir.

En algún rincón de nosotros habita ese chico que no quiere dejar de serlo.

Bienvenido Verano!