
domingo, 26 de julio de 2009
El SECRETO

lunes, 20 de julio de 2009
La Fauna del Gym

Lamentablemente, esta vida de homo sapiens me obliga a comportarme con decoro, conforme me han enseñado desde mi tierna infancia, evitando mostrarme con mis pensamientos a flor de piel. Esas cosas que una aprende a medida que crece y se sociabiliza.
No tengo intenciones de hacer una clasificación ni una enumeración. Me gustaría relatarles lo que vivo al entrar en el tenebroso túnel de la frivolidad. No esperen nada vanguardista por favor.
Concurro a un gimnasio fashion, una cadena con muchas sucursales entre ellas Las Cañitas y Martinez. Voy a ese gym porque está bien equipado, tengo un abono corporativo, queda cerca de mi casa y tiene estacionamiento.
La primera situción escabrosa se me presenta en el hecho de que como no uso ipod, escucho todas las conversaciones de los personajes que me rodean: musculosos con musculosos, señora de acá al lado con labios recién estrenados y flotadores apretados por musculosa Nike con señora del más allá porque de tan anoréxica le queda poco más acá, personal trainer con su víctima de turno y algunos otros. La situación empieza a perturbarme cuando un personal y una víctima acaparan tres máquinas a la vez porque "necesitan hacer circuito" osea creen que es un gimnasio privado y me privan de usar una de esas máquinas hasta que ellos terminen. Hay días en que esa situación no termina bien. Pero son sólo días.
La situación varía bastante de acuerdo al horario: por la mañana los desesperados correcaminos que tienen que salir corriendo a trabajar y quieren hacer en una hora lo que requiere tres y salir limpitos y recién bañados; los de día, que generalmente no laburan porque viven de rentas o son señoras de ejecutivos que tienen que ir al gimnasio porque tienen que ir y los del turno noche, mis preferidos. Hora del cambalache si existe: aparición en escena de los gatos de dos patas y las banditas de machitos con pancita y pelada incipiente que se sienten winners.
En este horario las clases grupales abundan: desde Cardio Kombat, Body Pump, Local Mix hasta Aero Box o Streching (no busquen gimnasia localizada o estiramiento porque no es cool). Estas clases suelen tener profesores con sus propios clubs de fans que los siguen al horario que sea. Es como un sentido de pertenencia.
El vestuario de damas merece una mención (no conozco el de caballeros aunque no estaría nada mal, no?): un concurso de quién tiene el trasero más duro y parado, la mejor careta (sí porque ahí no hay lifting, colágeno o botox son caretas de cera) y por supuesto las mejores Lolas (las hay de tal desproporción con el cuerpo que servirían de boyas en la piscina). Sépanlo: se miran en el espejo y se miran entre ellas. Y van al gimnasio pintadas como un mural y peinadas de peluquería.
Esta nueva actividad, el spinning, es una obsesión. Se trata de un cubil con 50 bicicletas fijas, música a todo volumen y gente sudando a morir. Es un espectáculo dantesco.
En esta cadena de clubes no hay gordos buscando bajar de peso en el marco de la salud. Ellos no existen. Alguna guía médica o control médico, tampoco. Un simple certificado de un amigo médico es suficiente.
Hay fiestas aniversario y otras yerbas con DJ en vivo y sport elegante. Quieren detalles? Uff, por qué no habré sacado fotos, si les cuento van a pensar que exagero.
Los trolitos me caen bien: son respetuosos y se concentran en obtener cuerpos esculpidos como dibujo de libro de biología de los músculos: sin piel. Y lo logran.
Celebrities: cómo no. Desde Marley al Chueco Suar pasando por el Negro Oro que por cierto últimamente no lo veo y su pancita ha crecido en forma prominente. El Negro es un caso porque se pasa la hora y media hablando por teléfono y su personal mirando el techo (le paga 150 mangos por clase, no me lo contaron) y tiene la costumbre de obligar a bajar el aire acondicionado para cuidad sus cuerdas vocales. El año pasado iba con su Susano, ya no.
Para ser justos, debo destacar a los abnegados corredores que no dejan de entrenar todo el año y merecen mi apoyo incondicional. Les encanta lo que hacen.
Mi pasión por el golf, mi metro sesenta y mis cincuenta y un kilos me obligan a exigirme un poco para poder lograr scores decorosos. No todos somos Tiger Woods o Annika Sorenstam. Yo voy, hago mi rutina y observo. Y a veces me voy a una clase de Spinning, o una de Cardio Kombat y me transformo en loca irreconocible.
Les quedó alguna duda? Alguna pregunta por curiosidad? De eso se trata, espero que me disparen todas las preguntas que se les ocurran...Vamos, anímense, hay muchos otros personajes que los dejé en el tintero (upps, no hay más tintero...).
miércoles, 15 de julio de 2009
San Dinero, un delirio...

Hay un propietario dormitando en todo hombre y el dinero lo despierta.
¿Alguien puede creer que el comerciante trabaja por amor o por el placer de trabajar? Noooo, trabaja para enriquecerse, como todo el mundo: el intercambio va en busca de la posesión y no la posesión en busca del intercambio. La posesión es un gozo y casi todo goce, supone una posesión.
Podríamos decir que los animales la ignoran. Pero no estoy segura: su comida, su territorio, su guarida. Pero dejemos a los animales. El hombre quiere poseer porque quiere consumir.
Mi adolescente interior decía: No quiero perder la vida ganándomela (una hippie...). Luego concluía: Hay que perder la vida al vivirla, y en lo posible, lo menos mal que se pueda.
Más vale decir el mal que es que el bien que no es. Ese mal es el egoísmo y el dinero es su instrumento. La vida se pierde, en efecto, ganándola y nosotros con ella.
El dinero no nos dice que somos egoístas sino hasta que punto lo somos!
Me decía alguna vez un viejo colega: Más vale amar el dinero por el descanso que permite que por el reposo que hace perder.
Una remanida frase final: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Y si yo me odio, prójimo?
jueves, 9 de julio de 2009
De la mentira no se vuelve
Aún cuando podemos estar seguros que "mentir está mal" muchas veces mentimos. Excluyo de esta situación al que miente en forma patológica. Me refiero a la mentira como parte de nuestras vidas y sus consecuencias.
La creación de la mentira coherente y sistemática sustituye la realidad de los hechos por un espejismo. Y esa sustitución tiene terribles consecuencias, pues destruye el sentido con el que establecemos el rumbo de nuestras acciones.
El hecho de que el mentiroso vaya dejando señales como migas de pan tiene una explicación: como los seres humanos no fuimos hechos naturalmente para la mentira, cuando vamos contra la verdad el cerebro se tiene que esforzar. Nuestro cerebro está listo para decir la verdad . En cambio, para mentir necesita organizarse y trabajar extra.
Pero he aquí mi dilema de esto días: Las verdades blancas. Nadie puede andar por la vida (o no debería) aplicando en forma sistemática de la honestidad brutal. En muchas ocasiones la verdad causa dolor. En estos casos, trato de suavizar la verdad pero siento que me adueño de un derecho que no tengo. Que estoy corriendo el límite de la verdad. Entonces, digo la mitad de la verdad? La mitad de la verdad es media mentira o es una mentira completa? Y las mentiras piadosas? Y si cometo sincericidio?
La mentira no tiene retorno, es una falta de respeto extrema a mi humanidad, me cosifica y me transforma en objeto. Destruye mi yo.
martes, 7 de julio de 2009
El golf te está esperando

viernes, 3 de julio de 2009
Pensando quienes somos
Tengo una visión bastante genetista sobre quienes somos y sé que hay otros ángulos de análisis.
Nuestro sentido del yo no ronda por nuestro cerebro sin compañía. En realidad, el sentido del yo es un fantasma confabulado con el sistema inmune que es sin dudas un gran depósito de recuerdos del cuerpo.
Cuando un amigo nos saluda con un cómo estás?, no le pasamos revista del estado de nuestros órganos, aunque sería lo más lógico. Pasa, que el cerebro sabe quiénes somos, nuestro sistema inmune, quiénes no somos. Juntos, constituyen el recordatorio del yo que defienden: un ser que cambia con la edad, el estrés y los estados de ánimo.
El sistema inmune guarda rencor, se acuerda de quiénes nos atacaron. Como un sistema de vigilancia controla a los agitadores conocidos y, para estar tranquilo, a cualquier desconocido en general. La conciencia sigue su ejemplo, aún basando sus decisiones en la lógica. Tema conflictivo el de la conciencia y la lógica.
Aunque la idea nos incomode, las relaciones íntimas van modificando nuestro sistema inmunológico, modificando el cerebro y alterando un yo cuya continuidad apreciamos. Somos físicamente invadidos!
El yo puede perderse debido a un daño cerebral pero no podemos perderlo deliberadamente, no podemos ir muy lejos en el intento. El cerebro maneja sus propios códigos ajenos a la voluntad.
Un popurrí de distintos "yo" nos acompaña a todas partes. Es un ensamble de solistas: queribles, misteriosos, infantiles y adultos.
El yo, es una fiesta del ser.
Si yo te doy mi afecto: con exactitud que te estoy dando? Quién es el yo que te hace la oferta? Y vos? Quién sos realmente?